viernes, 22 de marzo de 2013

Las violaciones en Marruecos ya no podrán "lavarse" con el matrimonio

Las violaciones en Marruecos ya no podrán "lavarse" con el matrimonio

El matrimonio de un violador con su víctima menor de edad ya no será posible en Marruecos, gracias a la enmienda legal que impedirá que el agresor evada el castigo si consiente desposar a la menor violada, como sucedía hasta ahora.
El llamado "artículo 475" lleva suscitando una gran polémica en Marruecos desde hace un año, cuando estalló el caso de Amina Filali, la muchacha de 16 años violada, obligada a desposarse con su agresor y maltratada por éste, que terminó quitándose la vida con un matarratas.

"Es un punto positivo pero no es suficiente", comentó a Efe Fauzia Asuli, presidenta de la Federación de la Liga Democrática de los Derechos de la Mujer (FLDDF, en siglas en francés), que lamentó que no exista "un enfoque de derechos humanos en el Código Penal".

El Ministerio de Justicia marroquí manifestó el lunes pasado en un comunicado su apoyo a una propuesta de ley en virtud de la cual se anula el segundo párrafo del polémico artículo 475 del Código Penal, que exime al violador de toda sanción si admite casarse con su víctima menor, siempre y cuando no haya una denuncia por parte de la familia de la víctima.

El nuevo artículo contendrá además varias enmiendas para endurecer las sanciones contra las personas que "seduzcan" o agredan sexualmente a una menor, que podrían llegar hasta los 30 años de cárcel.

La propuesta ya ha sido aprobada por el Comité de Justicia y Legislación de la Cámara de Consejeros (cámara alta) y deberá ahora pasar el trámite de votación en sesión plenaria en esa misma cámara y la de Representantes (cámara baja), lo que se da por hecho.

El drama de Amina Filali puso de manifiesto también el fenómeno de violencia de género y el del matrimonio precoz, que siguen siendo cuestiones jurídicas delicadas en el país.

El Código de Familia autoriza el matrimonio de menores en sus artículos 20 y 21, pero lo considera como una "excepción" que tiene que ser precedida por una decisión motivada del juez competente, un certificado médico y otro de un asistente social.

Sin embargo, estas condiciones se pasan muchas veces por alto y el matrimonio precoz sigue siendo una "práctica normal y corriente" sobre todo en las esferas rurales, deploró Naíma Am, abogada y miembro de la Asociación Solidaridad Femenina.

Según las últimas estadísticas disponibles del Ministerio de Desarrollo Social, Familia y Solidaridad, uno de cada diez matrimonios contraídos en Marruecos en 2010 fue prematuro, y lo cierto es que esta cifra no deja de crecer con respecto a años anteriores.

El actual gobierno dirigido por el islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD), que controla los ministerios de Justicia y de Familia, ha tenido durante meses un discurso ambiguo en lo referente al matrimonio precoz, al tiempo que ha apoyado un recrudecimiento de los castigos por agresión sexual a menores.

Ante la presión de grupos feministas y de derechos humanos, el grupo del PJD presentó recientemente en el Parlamento una propuesta de ley para que el Código de Familia prohíba sin excepciones el matrimonio de las menores de 16 años, pero se negó a definir como "violación" toda relación sexual con menores.

Las nuevas medidas no han sido de la total satisfacción de los militantes feministas e izquierdistas, quienes reivindican una revisión del Código Penal y del Código de Familia en su totalidad. Naima Am explicó a Efe que el actual Código Penal marroquí promulgado en 1962, fue confeccionado con el espíritu de "preservar la familia, y con una obsesión por la seguridad" que puso los derechos colectivos y la moral por encima de los individuales.

De todas formas, falta ahora por ver si estas enmiendas jurídicas responderán a la realidad social y cultural de un Marruecos donde el matrimonio precoz aún es concebido como una solución para la pobreza o una salida para salvaguardar el honor de la mujer ultrajada.

La famosa activista y defensora de las madres solteras Aicha Chena insistió en la educación como herramienta para cambiar la mentalidad de una gran parte de la sociedad marroquí, que aún cree que el matrimonio, voluntario o no, es el mejor modo de encubrir la pérdida de la virginidad.

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