Las violaciones en Marruecos ya no podrán "lavarse" con el matrimonio
Las violaciones en Marruecos ya no podrán "lavarse" con el matrimonio
El matrimonio de un violador con su víctima menor de edad ya no será
posible en Marruecos, gracias a la enmienda legal que impedirá que el
agresor evada el castigo si consiente desposar a la menor violada, como
sucedía hasta ahora.
El llamado "artículo 475" lleva suscitando
una gran polémica en Marruecos desde hace un año, cuando estalló el caso
de Amina Filali, la muchacha de 16 años violada, obligada a desposarse
con su agresor y maltratada por éste, que terminó quitándose la vida con
un matarratas.
"Es un punto positivo pero no es suficiente",
comentó a Efe Fauzia Asuli, presidenta de la Federación de la Liga
Democrática de los Derechos de la Mujer (FLDDF, en siglas en francés),
que lamentó que no exista "un enfoque de derechos humanos en el Código
Penal".
El Ministerio de Justicia marroquí manifestó el lunes
pasado en un comunicado su apoyo a una propuesta de ley en virtud de la
cual se anula el segundo párrafo del polémico artículo 475 del Código
Penal, que exime al violador de toda sanción si admite casarse con su
víctima menor, siempre y cuando no haya una denuncia por parte de la
familia de la víctima.
El nuevo artículo contendrá además varias
enmiendas para endurecer las sanciones contra las personas que
"seduzcan" o agredan sexualmente a una menor, que podrían llegar hasta
los 30 años de cárcel.
La propuesta ya ha sido aprobada por el
Comité de Justicia y Legislación de la Cámara de Consejeros (cámara
alta) y deberá ahora pasar el trámite de votación en sesión plenaria en
esa misma cámara y la de Representantes (cámara baja), lo que se da por
hecho.
El drama de Amina Filali puso de manifiesto también el
fenómeno de violencia de género y el del matrimonio precoz, que siguen
siendo cuestiones jurídicas delicadas en el país.
El Código de
Familia autoriza el matrimonio de menores en sus artículos 20 y 21, pero
lo considera como una "excepción" que tiene que ser precedida por una
decisión motivada del juez competente, un certificado médico y otro de
un asistente social.
Sin embargo, estas condiciones se pasan
muchas veces por alto y el matrimonio precoz sigue siendo una "práctica
normal y corriente" sobre todo en las esferas rurales, deploró Naíma Am,
abogada y miembro de la Asociación Solidaridad Femenina.
Según
las últimas estadísticas disponibles del Ministerio de Desarrollo
Social, Familia y Solidaridad, uno de cada diez matrimonios contraídos
en Marruecos en 2010 fue prematuro, y lo cierto es que esta cifra no
deja de crecer con respecto a años anteriores.
El actual
gobierno dirigido por el islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD),
que controla los ministerios de Justicia y de Familia, ha tenido durante
meses un discurso ambiguo en lo referente al matrimonio precoz, al
tiempo que ha apoyado un recrudecimiento de los castigos por agresión
sexual a menores.
Ante la presión de grupos feministas y de
derechos humanos, el grupo del PJD presentó recientemente en el
Parlamento una propuesta de ley para que el Código de Familia prohíba
sin excepciones el matrimonio de las menores de 16 años, pero se negó a
definir como "violación" toda relación sexual con menores.
Las
nuevas medidas no han sido de la total satisfacción de los militantes
feministas e izquierdistas, quienes reivindican una revisión del Código
Penal y del Código de Familia en su totalidad. Naima Am explicó a Efe
que el actual Código Penal marroquí promulgado en 1962, fue
confeccionado con el espíritu de "preservar la familia, y con una
obsesión por la seguridad" que puso los derechos colectivos y la moral
por encima de los individuales.
De todas formas, falta ahora por
ver si estas enmiendas jurídicas responderán a la realidad social y
cultural de un Marruecos donde el matrimonio precoz aún es concebido
como una solución para la pobreza o una salida para salvaguardar el
honor de la mujer ultrajada.
La famosa activista y defensora de
las madres solteras Aicha Chena insistió en la educación como
herramienta para cambiar la mentalidad de una gran parte de la sociedad
marroquí, que aún cree que el matrimonio, voluntario o no, es el mejor
modo de encubrir la pérdida de la virginidad.
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