Felipe Avello: "Cumplo 39 años y no sé hacer nada"
Felipe Avello: "Cumplo 39 años y no sé hacer nada"
El periodista asegura
que ni siquiera sabe cambiar una ampolleta, reconociendo que es un
inútil y limitado, al menos en su casa. Sobre su trabajo, tiene una
opinión algo más optimista: "Hago lo que hago, porque me gusta; con el
riesgo de decepcionar a algunos"
Encuentro súper vanidoso dar una entrevista. Hablar de mí mismo me
parece pésimo. No me gusta dar mi opinión, porque a quién le importa”,
alega Felipe Avello (38, casado, alias "pececillo"), en medio de esta
entrevista, y luego de haberse explayado sobre sus gustos por el cine de
autor.
Durante esta conversación, el periodista de Concepción
confesó haberse sentido bastante reflexivo y demasiado sincero, por lo
que no tuvo autocompasión al calificarse de inútil, limitado, un mal
actor, mal humorista (desde el punto de vista tradicional) y hasta un
aporte nulo como entrevistado. Simplemente, es alguien que quiere
defender sus ideas y ser feliz desarrollando su propio tipo de humor.
Tímido,
serio, tranquilo, bien quitado de bulla, el hombre que hace diez años
atrás dejó riendo -y a otros extrañados- con su personaje de Bryan
Tulio, parece tener claro cuál es su rol en televisión; uno absurdo y
controvertido, sin problema alguno, por ejemplo, para preguntarle al bora Aroldo Miveco
(reality ‘Amazonas’) cuáles son las características del sexo masculino
de los hombres de su tribu, amenazando con que si da una respuesta
errada, lo acusará a extranjería para echarlo del país.
Más que
un botón de muestra, en YouTube hay decenas de videos que algunas
personas se han encargado de recopilar y subir a la web, con las
intervenciones que Avello hizo en ‘”SQP”, el programa en el que trabajó
por más de 10 años, dejando claro que un tipo de culto se ha extendido
alrededor suyo.
Hoy la voz de Dina Gómez hace lo propio en “El
cachafaz” con su obra “Felipe Avello presenta” y en su nueva casa
televisiva, La Red, donde participa en “Intrusos”, “Así somos” y
“Mentiras verdaderas”.
Allí, ya se le ha visto aportando sus
clásicos comentarios -esos que a primera vista parecen demasiado
desubicados, pero que no dejan de causarle gracia a un porcentaje de los
oyentes- diciendo cosas como que Mariana Marino “recibió una estocada
por la espalda” por su famoso video filtrado.
“Estoy en un
espacio de farándula y tengo que poner el elemento humorístico. Creo que
por eso se destaca lo que hago, para bien y para mal. Me imagino que
hay harta gente a la que no le gusta lo que hago”.
-¿Te imaginas que no les gusta o te lo dicen? “En
internet, no tanto, porque no respondo. No tengo esa actitud que tienen
algunos compañeros de darle importancia a Twitter o a lo que diga lo
gente. Me da lo mismo, yo no me debo a las personas. Hago lo que hago,
porque me gusta; con el riesgo de decepcionar a algunos. A veces me
piden que haga cosas que hacía hace tiempo o que tome una actitud
determinada de lo que piensan que soy, como irreverente. Pero yo estoy
lejos de querer algo así”.
-¿Te molesta haberte convertido en un bufón de la televisión? “No,
cero. Me encanta el humor, pero me gusta hacerlo a partir de la vereda
seria y hasta dramática, porque todos en la televisión son divertidos.
En el matinal todos son graciosos y locos; muestran la guata, los
calzoncillos y yo no hago eso. Pero después dicen que yo soy el loco”.
-¿Prefieres el humor políticamente incorrecto? “No,
sé que a algunas personas les puede molestar, pero no. Hacer un chiste
no me parece incorrecto. No ha afectado a mi trabajo que el Consejo
Nacional de Televisión haga una denuncia”.
-Que para ti es pan de cada día… “Pero
como no digo nada en serio, hasta la ley me respalda. Así que algunas
sanciones del Consejo han sido equivocadas, pero eso tampoco es tan
importante”.
Pero no todo es simplemente humor. Desde siempre,
Felipe dice haber tratado de hacer una crítica social, muy a su manera,
ya sea tomando gente de la calle para convertirlos en famosos
–burlándose del juego de la tv en crear ilusiones en personas que
quieren ser conocidas- o apareciendo en internet, vestido solo con
calzoncillos y en cuatro patas sobre una cama, asegurando: “Al igual que
Patricio Frez, yo también apoyo la marcha por la familia”. Una forma
muy sarcástica, tal vez, muy “Avello”, de reírse de los que se oponen al
matrimonio de personas del mismo sexo. “Conozco a Pato Frez porque mi
mamá es pentecostal”, cuenta.
-¿A ella le gusta lo que haces? “Sí,
le gusta, y a mi señora (la diseñadora de vestuario Ximena Wiesenfeld)
también. Me apoya absolutamente y hasta me colabora. Tenemos un sentido
del humor similar. Además, pertenecemos a una agrupación animalista así
que tratamos de difundir eso. Por ella me hice vegetariano”.
-¿Por qué? ¿Te comprometiste con la causa o fue para engrupirla? “Es
que antes no sabía, no me lo cuestionaba. Pero ella era vegetariana y
cuando empezamos a vivir juntos empecé a comer carne de soya y me di
cuenta que era casi igual. Después vi un montón de documentales y vi que
en realidad existe una tortura hacia los animales. Por eso, hace un año
empecé a ser vegetariano. En realidad, hace un par de meses, porque al
principio se me olvidaba. Imagínate, 38 años comiendo carne”.
-¿No la echas de menos? “No. Bueno, a veces sí”.
-¿Cuándo? “Todos
los días, porque aquí hay una publicidad donde ponen una bandejita para
picar con trozos de hamburguesa y salsa. Ahí me da mucha hambre”.
-A propósito de tu esposa, antes de casarte -en enero de 2011- aseguraste en una entrevista que se pondrían al tiro en campaña. “Mentí.
Estoy recién casado y quiero disfrutar antes la vida matrimonial. Igual
no he tenido la necesidad de ser padre aún. Pero digo que sí para que
la gente no piense que soy egoísta”.
-¿Te consideras un buen marido? “Sí. Salimos, soy cariñoso, la escucho. Tengo todas las características de un muy buen marido, pero de hacendoso no hago nada”.
-¿Eres flojo? “No,
es que no sé hacer nada. No sé cambiar una ampolleta. No sé nada.
Cumplo 39 y no sé hacer nada. Lo que pasa es que mi papá tenía una
fábrica de muebles y ahí tenía maestros que hacían todo. Además,
siempre tuve una nana que me hacía todo, hasta abrocharme los zapatos.
Así que me volví un inútil de niño, un limitado”.
-Bueno, pero puedes aprender. “No
porque ahora ya no tengo tiempo. De lunes a viernes estoy en el canal y
el fin de semana en el teatro. Entonces, el tiempo que me queda no lo
ocupo para limpiar el baño. Me parece una labor noble, pero no la hago”.
-¿Cuál es tu vicio privado? “Me
gusta ver películas de cine independiente, porque me desagradan las que
están en el cine. Esas de Adam Sandler o Ben Stiller, me cargan y me
aburren; me dan sueño y me quedo dormido. Prefiero las que requieren de
mi interés y que puedan aportar a mi vida”.
-¿Eres como el niño superdotado que se aburre en las clases de su curso? “No,
simplemente no me gustan. No me siento ni mejor ni peor por eso. Soy
solo alguien que quiere ser culto, así que me he esforzado por leer y
ver películas que no he visto”.
-¡Qué serio! ¿De dónde sale tu humor? “De mi corazón (sonríe)”.
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