lunes, 22 de abril de 2013

Cómo es la vida en la ciudad que sufre la mayor pobreza urbana de Chile


Cómo es la vida en la ciudad que sufre la mayor pobreza urbana de Chile

Según la OCDE, Linares registra el mayor índice de pobreza de entre las 26 urbes más importantes del país. Allí uno de cada cuatro habitantes vive en esa condición. Empleos precarios ligados a la agricultura y fuga de profesionales jóvenes son parte del fenómeno. 

 Silvia Pinto Garrido trabaja en un local de comida rápida en Linares en donde gana el sueldo mínimo, que apenas le alcanza para paliar los gastos básicos. "Tienes que darte vuelta con 6 lucas diarias para toda la semana", señala.

Su marido es taxista y trabaja de noche, por lo que se turnan el cuidado de su hijo, de 7 años. Para poder pagar las cuentas y el arriendo de la casa –porque ha postulado al subsidio habitacional tres veces y aún no lo consigue–, Silvia trabaja durante sus días libres planchando y lavando ropa en otras casas, por lo que recibe entre 5 mil y 10 mil pesos.

El caso de Silvia es el de miles de chilenos que deben hacer malabares para poder pagar sus cuentas y pasar el mes. No obstante, en la ciudad donde vive, Linares, esta situación pareciera ser más recurrente.

Según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ésta es la ciudad que tiene la mayor pobreza urbana en Chile, de entre las 26 urbes más importantes del país.

De acuerdo al último Censo, Linares, ubicada en la Región del Maule, tiene una población de 73.489 habitantes en su zona urbana. De éstos, el 27% vive en situación de pobreza, según la OCDE. A esto se suma que –en base a datos de la encuesta Casen– el 22,4% de sus trabajadores recibe el salario mínimo.

Tal vez no se nota, pero existe

¿Pero la gente en Linares percibe estos indicadores? Sobre todo si se considera que hay comunas más pequeñas o rurales probablemente con mayores índices de pobreza, que no fueron incluidas en el listado.

Francisco Troncoso, oriundo de Linares y estudiante de Odontología en la Universidad de Talca, afirma que "al caminar por las calles de la ciudad la gente parece alegre, ajena a nuestro récord de pobreza y subdesarrollo nacional".

"Quizás la herramienta con la que miden esto es equívoca. Quizás, aún siendo pobres, somos felices, que es lo que cuenta. El modelo neoliberal suele tener unas escalas bizarras para medir el desarrollo humano", apunta el estudiante.

Más tajante es el diputado por la zona Jorge Tarud (PPD), quien asegura que "se nota la pobreza cuando uno recorre algunas poblaciones, y en el campo se ve que la gente no da abasto, no le alcanza para fin de mes, entonces pasan aprietos muy grandes y eso se nota a simple vista". "Si usted pasea por el centro no se va a notar, pero si entra al interior de las poblaciones, sí se nota", afirma el parlamentario.

Mientras que la asistente social Soledad Retamal, quien vive y trabaja en Linares, sostiene que ésta "es una de las ciudades que claramente presenta altos índices de pobreza, lo cual se evidencia en la calidad de vida que llevan algunas familias vulnerables".

Muchos temporeros y pocas oportunidades para los profesionales jóvenes

Entre las razones que podrían explicar su índice de pobreza, se encuentra que Linares es una ciudad que vive de la agricultura, por lo que hay muchas personas trabajando como temporeros, con empleos precarios y bajos sueldos, a lo que se suma que, una vez que termina el verano, la mayoría de las personas se queda sin trabajo.

Así lo confirma el diputado Tarud, quien indica que "el invierno para nosotros siempre ha sido duro, porque se terminan los trabajos de temporada". En ese sentido, critica al Gobierno por no continuar con los programas pro empleo durante esa época del año.

Otra de las posibles causas serían las pocas posibilidades que encuentran los profesionales jóvenes para desempeñarse en la ciudad, debido a los bajos sueldos y pocos puestos de trabajo atractivos para ese segmento de la población.

Así –tal como ocurre en otros lugares– muchos de los recién titulados se quedan a vivir en la ciudad donde estudiaron –principalmente Talca, Concepción y Santiago–, o emigran a otras zonas, siendo pocos lo que retornan a establecerse a su ciudad. Una de ellas es la asistente social Soledad Retamal, quien cuenta que "de mi grupo de compañeros en la universidad, ocho éramos de la zona y sólo dos volvimos después de titularnos".

Además, de los profesionales que trabajan en Linares, otro tanto quiere emigrar. En el caso de Soledad, dice que le gustaría irse a vivir a Santiago o Concepción junto a su marido y sus hijos, ya que son ciudades con un campo laboral mucho más amplio y que ofrecen remuneraciones más altas.

Francisco Troncoso también lo tiene claro. Una vez que se titule de odontólogo lo más probable es que también emigre. "Probablemente, cuando egrese me vaya de acá. Pero mi actitud no es antojadiza, sino que se debe a cómo fui educado en este modelo, el cual insta a producir bienes y servicios para aquellos que puedan pagar por ellos", explica.

Piden plan del Gobierno para fomentar el empleo

Todos los consultados coinciden en que se requiere la intervención del Gobierno central para revertir la situación que enfrenta la ciudad. "Linares necesita un emprendimiento por parte del Estado, no va a poder salir por sí sola de esta situación. Necesitamos que haya un plan de inversiones que traiga más trabajo a la gente y mejores sueldos. Si el Gobierno no nos echa una mano, va a ser muy difícil salir adelante", afirma el diputado Tarud.

Por su parte, Soledad Retamal insta al alcalde a "asumir la realidad de la ciudad y no colocarle paños fríos". "Debe articularse con el Gobierno para reactivar la ciudad, buscando oportunidades laborales y que los puestos de trabajo de Linares sean para los pobladores y no para otras personas", señala.

Mientras esto no ocurra, a Silvia Pinto le seguirá costando pasar el mes. Afirma que si tuviera la posibilidad de emigrar de Linares, "no lo pienso dos veces, me voy altiro".

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