martes, 26 de marzo de 2013

Adolescentes en toque de queda: Rebelión en Europa

Adolescentes en toque de queda: Rebelión en Europa

Los adolescentes suizos se cansaron de los toques de queda y se rebelaron contra la medida que diversas ciudades del país europeo han tomado durante los últimos meses. 
Diferentes ciudades suizas se suman a la iniciativa de toques de queda para los adolescentes menores de 16 años. La idea apunta a reducir el ruido y vandalismo.

Los adolescentes suizos se cansaron de los toques de queda y se rebelaron contra la medida que diversas ciudades del país europeo han tomado .

Las autoridades argumentan lo necesArio del toque de queda,  para resguardarse del vandalismo, el ruido excesivo en las noches y la basura que miles de jóvenes –menores de 16 años- ocasionarían por su descontrol.

Es así como la turística Interlaken o Kehrsatz son dos de las ciudades que impiden que los adolescentes salgan de sus casas después de las 22.00 hrs.

El alcohol como protagonista

Para las autoridades del país, el problema central es el consumo de alcohol. El hecho de beber en demasía provocaría en los jóvenes estados de caos, por lo que una opción para reducir el consumo en grupos sociales, sería impedir las reuniones.

No es detalle mencionar que en Suiza es ilegal consumir alcohol antes de los 16 años, sin embargo, parece que es insuficiente para controlar la ingesta en los adolescentes suizos.


La rebelión de los adolescentes

En Kehrsatz los adolescentes no se tomaron tan pasivamente la medida. El poder salir de sus casas, sólo en compañía de sus padres, después de las 22.00 horas, provocó la reacción de muchos de ellos.
Es así como los jóvenes se unieron y enfrentaron varios grados bajo cero para organizar una protesta al aire libre después de las 22.00 hrs.

Como “injusta” señalan la medida, ya que el estar obligados a permanecer en sus casas por imposición legal les parece una atribución sobre la que deben decidir sus padres.

El centro del problema

La medida parece exagerada, no podemos estar prohibiendo salir de nuestros hogares e impedir las reuniones para frenar el vandalismo o el ruido. En este escenario hay varios puntos que discutir:

Vandalismo y alcohol
Los programas de prevención del alcoholismo son deficientes en gran parte del planeta.
Las labores deben ser en conjunto, familias y Estado en pos de retardar y disminuir el consumo de alcohol en la población.

Pero, ¿es la prohibición de reunión en su versión “toque de queda” una forma de limitar el consumo? En Suiza creen que sí, que efectivamente el vandalismo ha disminuido y los jóvenes beben menos…
Sin embargo, un joven que quiere emborracharse no necesita horarios, ya lo hemos visto en nuestro país, donde a las 15.00 horas encontramos muchos adolescentes consumiendo alcohol en las universidades, por ejemplo.

El tema no pasa por un horario, sino por educar y ofrecer diferentes formas de entretención para la población sub 16.
Los jóvenes deben tener alternativas de diversión, posibilidad de espacios públicos para reunirse en torno a otros objetivos, y el poder generarlos es un problema de los gobiernos.

Disminución del ruido

¿Es necesario disminuir el ruido? ¿los adolescentes no deben poder subir un poco el tono?
Preocupante es un país que no entiende las etapas de la vida. Discutible son aquellos lugares a los que les molesta el ruido de jóvenes utilizando los espacios y divirtiéndose.

Una cosa es preocuparse por el consumo de alcohol –situación absolutamente relevante en el mundo actual- y otro muy diferente impedir que ellos compartan en fiestas, disfruten con sus amigos de los parques y espacios públicos y hagan algo más de ruido.

¿Qué de malo hay en el sonido de risas o conversaciones? ¿qué tipo de sociedad estamos construyendo?, ¿hasta dónde se pueden prohibir o normar las reuniones sociales?

Temas analizables que debemos reflexionar, no porque ocurran lejos de nuestro país se convierten en realidades que no nos afectan. Debemos poder defender nuestros espacios y construir las políticas públicas eficientes y necesarias para disminuir los números de consumo de alcohol, sin tener que llegar a soluciones extremistas como ésta.

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