Amiga de piloto de "Halcones" que falleció en accidente: "Se fue haciendo lo que amaba"
Noelia Rojas dice que el capitán de bandada Eduardo Varas de La Fuente, quien falleció hace dos semanas tras estrellarse en la Base Aérea Quintero, le enseñó a "disfrutar la vida" y que "volar era su pasión".
El pasado viernes 15 de marzo, a las 10:25 horas, el accidente de un avión del grupo "Halcones" de la FACh, ocurrido en Quintero, acaparó rápidamente la atención de la prensa. La aeronave de la escuadrilla de acrobacia se precipitó a tierra, causando la muerte del capitán de bandada Eduardo Varas de La Fuente y el mecánico Cristián García.
A esa misma hora, la periodista Noelia Rojas, quien era una de las amigas más cercanas del piloto, llegaba al Palacio de La Moneda para asistir a una ceremonia encabezada por el Presidente Sebastián Piñera, en que entregaría el balance del primer año del plan "Tolerancia Cero".Dice que una amiga le avisó que había ocurrido un accidente de un avión en Quintero, por lo que de inmediato le envió un mensaje al piloto por WhatsApp. "Me acabo de enterar que hubo un accidente en Quintero. Estoy súper angustiada. Por favor avísame si estás bien. Da señales de vida", le escribió.
"Claramente nunca recibí respuesta. Luego comencé a acercarme a los periodistas para ver si alguien tenía un dato, hasta que me encontré con un coronel de la FACh y le pregunté por Eduardo. Él me dice, 'chiquitita, está muerto'", recuerda.
La primera foto
Noelia conoció al capitán en la FIDAE 2010, donde él asistió como piloto de "Halcones" y ella como periodista de un canal de televisión. Desde ese día se hicieron amigos muy cercanos.
"Nos pusimos a conversar y de repente me dice 'Oye ¿Y no nos vamos a tomar una foto? Así después te la doy autografiada'. Yo me reí y le dije 'perdón, aquí la periodista soy yo', así que yo te la autografío a ti. Entonces me dice 'bueno, tomemos la foto y veamos quién es famoso primero'", recuerda la joven, quien actualmente trabaja en la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset) y es alférez de reserva del Ejército.
Asegura que el capitán Varas "era una de las pocas personas de las que se puede decir que tuviste la suerte que pasara por tu vida". "Siento que Dios le dio permiso un rato más y a mí me dio permiso de haberlo conocido, porque nadie me enseñó a disfrutar tanto las cosas simples de la vida como él. A dejar de lado las cosas materiales. Era un tipo alegre y que vino a la vida a enseñarnos a muchos cómo disfrutarla", afirma.
Dice que "volar era su pasión". "En su profesión era riguroso y muy cuidadoso. Cada vez que tenía que volar, jamás iba a un carrete o salía. Se acostaba temprano porque había que volar", recuerda.
Dice que incluso después de sufrir un accidente aéreo en el año 2009, el capitán Eduardo Varas de La Fuente lo único que quería era volver a volar. En esa ocasión, se precipitó en su avión en el terminal pesquero de Lo Espejo, en la capital y, gracias a su pericia, logró evitar una tragedia.
Noelia lo conoció poco después de ese accidente. "Me dijo que estuvo internado, que lo fueron a ver muchas personas, pero que él en lo único que pensaba era en volver a volar. Y de hecho no pasó mucho tiempo y ya estaba volando de nuevo", señala.
Agrega que pese al accidente, nunca tuvo miedo ni dudó del buen estado de los aviones. "Jamás me manifestó algún temor sobre el estado de la máquina. Tenía completa confianza en sus mecánicos, porque ellos trabajan muy bien y porque viajan mucho juntos. Hace unos meses habían estado en Las Vegas. Habían ido a Brasil. Lo que ellos hacen es arriesgado, pero él confiaba 100% en sus mecánicos. Nunca tuvo miedo", sostiene.
Mañana fatal
Tras enterarse de la muerte de Eduardo, Noelia debió continuar en la actividad oficial en La Moneda. "Fue difícil mantenerme en pie en una ceremonia oficial, sabiendo que una persona súper importante para mí, un amigo muy importante, se había muerto. No sé cómo me sostuve. Fue una noticia muy fuerte", dice.
Fue tal el impacto que vivió, que en su trabajo le dieron permiso para ausentarse unos días. Luego asistió al velorio y al funeral del piloto. Pese a su cercanía, no conoce a la familia del fallecido oficial y admite que aún le complica hablar de él.
"Los primeros días tras su muerte fueron complicados. No sabes cómo reaccionar. Lo mejor fue quedarme unos días en casa y tratar de ordenar las ideas. Hoy trato de pensar que si esto era lo que él amaba, si fue tan feliz en su vida, tal vez él pensaba que venía por poco tiempo. Se fue haciendo lo que amaba y tenemos que estar todos felices por eso. Todos sus amigos tienen la misma idea. Si él se fue feliz, tenemos que estar felices", finaliza emocionada.
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